miércoles, 14 de diciembre de 2011

TOP 9 LO MEJOR DEL 2011 [IBERO]


Let England Shake es un disco que viene de una perspectiva personal pero no deja de ser una protesta; tal vez lo que PJ Harvey trata con este material, es hacer que la Tierra tiemble para despertarnos de la profunda apatía que tenemos hacia los conflictos que circulan por el mundo.


 The Horrors ofrece una nueva perspectiva sobre su concepto original, en algo que habrá de convertirse en un clásico a la altura de los grandes álbumes de Joy Division o The Cure, aunque quizás sin tanto bombo y platillo. En Skying se conjuran, como su nombre lo indica, el cielo y sus diversas atmósferas. Se trata de un lienzo en el cual quedan plasmadas las más variadas tonalidades de una música que exhuma madurez. Una especie de concierto de capas celestes en donde priman los estados de ánimo por encima de lo concreto y la aflicción interminable de la voz de Faris Badwan funge el papel de guía y espectador, coronándolo todo con una dimensión sobrenatural, sin abandonar jamás su aspecto más humano y vulnerable.

 A pesar de la diversidad de ritmos encontrados en W H O K I L L, es posible hallar la unidad de estilo en donde Merrill Garbus se muestra, por momentos, inocente, tierna, amorosa, decidida e incluso sexy. Logra juntar sonidos tradicionales con embarradas de cultura africana, observados desde el punto de vista californiano. Es un álbum que resalta por su originalidad, valentía de aventura y la clara honestidad reflejada en cada uno de los temas interpretados en éste.


Con Hurry Up, We’re Dreaming, Anthony Gonzalez logró crear un mundo onírico, una guía para un viaje fantástico y desconocido al principio, pero extrañamente familiar al terminar de escucharlo. El producto final es extraordinario, un álbum que fluye de principio a fin, con varias canciones que van directo al Greatest Hits de M83. Si bien el Saturdays = Youth llevó a M83 a las grandes ligas de la música independiente, Hurry Up We’re Dreaming los consolida como uno de los grandes exponentes de la música actual.

 Wounded Rhymes es triste. Pero la imagen de la tristeza que las personas tienen en la mente no tiene nada que ver con este disco. Se trata de una tristeza que llena de esperanza; por eso el niño que se asoma en la cerradura regresa todos los días. “Sadness Is a Blessing” es la canción que mejor expresa la idea de este disco. El coro es alentador, y la letra directa: “Sadness, I’m your girl”. Muestra a la tristeza como parte de la normalidad, una parte verdaderamente esencial.

 El nuevo álbum acierta al conservar la esencia de los trabajos anteriores y desentenderse de la obviedad de los estilos, a lo largo de diez cortes que salvo en el caso de “Circuital”, la pieza que da nombre al álbum, apenas rebasan los cinco minutos.

 Rome es una obra que por momentos peca de dulzura, por lo que podemos sentirnos empalagados ya cerca del final del mismo, sin embargo puede ser un gran fondo musical para la reunión familiar o para arrullar al bebé de la casa. Danger Mouse nos demuestra que en el ámbito musical puede llegar a tener distintas facetas, y Rome es ese lado elegante y melodioso que al productor inglés le faltaba mostrar.

 Bradford Cox es o debería ser el héroe para una nueva generación de músicos. Su música le da razón al tan sonado “cualquiera con una computadora puede hacer música” y al mismo tiempo demuestra que puede hacerse bien. También es uno de los pocos casos que no nos gustaría atar a un solo proyecto, cada cosa que lanza tiene su sello personal, sin que se diluya la calidad. Atlas Sound es el lado más personal de este auténtico genio y Parallax su expresión más fuerte.

Bad As Me es la consolidación de una gran y prolífica carrera, donde Tom Waits se expande en una multi-instrumentación y una nueva amalgama de colores vocales, que afianzan su estatus de letrista, compositor y fermentador de corazones rotos. Desde el Salón de la Fama hasta los bebedores de banqueta, todos se quitan el sombrero.


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